«Yo soy una persona con códigos, pero ésto se fue de las manos. Por eso voy a declarar contra estos asesinos. Voy al club desde los 15 años, y tengo 33. Conozco a todo el mundo y juro contar la verdad». Así comienza la declaración de Adrián Rousseau ante la Justicia, en la causa por el crimen de Gonzalo Acro. Sus palabras fueron clave para las imputaciones y procesamientos de los hermanos Schlenker y los integrantes de La Banda de Palermo. Hasta hoy, sólo se conocían interpretaciones de sus dichos. Pero Olé, en exclusiva, presenta todo lo que contó. Que fue mucho. Porque prendió el ventilador y no sólo habló del crimen de su lugarteniente en la barra sino también de los negocios ilícitos de sus rivales en Los Borrachos del Tablón. Y los hundió.
«Los Schlenker son muy vengativos. Tenían intenciones de protagonismo y William quedó muy mal parado por lo de los quinchos (se refiere a la batalla previa al partido con Lanús, cuando Gonzalo le dio una paliza). Por eso siempre sospeché que fueron los responsables del crimen. Si se hacían llamar los Conzi (por los hermanos involucrados en un crimen resonante)».
La mención a los Conzi no es casual, ya que ese apellido quedó fijado como adjetivo popular de lo que podía hacer gente que tenía poder e impunidad. Después siguió. «A Alan y William les responden dos grupos. Uno de San Isidro, donde paran el Pelado Damián, Gato Spinelli, Fernando y el Chino, que tengo entendido estuvieron presos y viven del delito, y Pluto que se dedicaría a comercializar droga en Monte Grande. El otro es el de Palermo, que se dedica al delito y el consumo de drogas y son capaces de cualquier cosa. Ahí están Balá, el Gallego Chofitol, Rocky Raposo, al que en un allanamiento en su monoblock le secuestraron billetes falsos, el Oveja Pintos que es de los más violentos y anda siempre con armas de grueso calibre. El Oveja hace salideras con golpes que le llegaron a redituar 100.000 pesos. Al Mundial de Alemania fue con un documento trucho a nombre de Nicolás Villani, que estaría muerto. Y a la par de él está el Colorado Luna, cuya única actividad conocida es el delito».
Al toque, Adrián siguió atendiendo. «Otro de esa banda es Kevin, que distribuiría drogas en Pachá. Ahí conoció a los Schlenker. Y tiene un hermano que cría caballos en Corrientes, donde se refugiaron varios tras el crimen. Además los de Palermo tienen una quinta en Ezeiza, un lugar para guardarse tras un delito. Y la relación con Bebote, que está vinculado al sindicato de Camioneros, viene porque hacen salideras de bancos. Toddy no sé si estuvo involucrado en el hecho, pero es quién me cortó a mí en la batalla de los quinchos y estuvo preso por varios delitos».
Para el final dejó a Urko y Cuca. Al primero también lo vinculó a las salideras de los de Palermo y del segundo dijo que andaba amenazando con matarlo. «Primero me balearon mi casa con una 45 (fue tras la gresca del playón, del seis de mayo, después del partido con Independiente en el Monumental), y ahí estuvieron Kevin, Oveja, Luna, el Chino y William. Después hicieron inteligencia sobre mi casa, la de Gonzalo, y los gimnasios a los que íbamos. Nos querían matar a los dos. Una ex novia de Cuca me dijo que éste andaba con una 38 para matarme. Y ellos sabían que yo pasaba por el gimnasio de Gonzalo todos los martes y jueves a las 23 horas. Ese día no fue así porque me fui a comer con una amiga. No entiendo qué más necesita para procesarlos y meterlos presos. Si no lo hace, yo seré el próximo muerto».
Fuente: Olé
Comentarios recientes