Hasta ahora todo es descontrol, la HUA tuvo deportados, principalmente los cabecillas, mientras que los que pasaron paran en una escuela, a la Banda de Lomas les prohibieron acercarce a los estadios si no tienen las entradas (prometidas por Bilardo), encima se quejan, hacen quilombo y otros vuelven a prisión, Gamez despotrica contra todos pero no avisa que el hijo viaja con los HUA, y para colmo quedamos escrachados en todos los medios del mundo como exportadores de barras mientras todos se lavan las manos.
Ahora los HUA como no consiguieron las populares que se suponían iban a tener van a estar en palcos VIP!!!!
“Acá se va a pudrir todo”, fue la amenaza de los barras
Los deportados y quienes no podrán ser parte de la fiesta del mundial lanzaron duras advertencias a las autoridades. Complicidad y compromiso.
PRETORIA.- Un vaho peligroso es cómplice de esa atmósfera de incertidumbre y tensión que envuelve a los barrabravas argentinos que desembarcaron en Sudáfrica en las últimas horas.
«Acá se va a pudrir todo. Lo de la Federal es de no creer. Autorizan a los pibes a salir del país y una vez que están acá los mandan de vuelta. Esto es una pasada de factura, y gratis no va salir; te lo aseguro», entonó con voz amenazante un integrante de Hinchadas Unidas Argentinas (HUA), que representa a un club del ascenso del conurbano bonaerense.
A su alrededor, decenas de barras de la misma agrupación paseaban por la peatonal Church Street prometiendo vengar a los líderes que fueron deportados a Buenos Aires tras no ser admitidos por sus delictivos antecedentes.
«La hinchada oficial»
El nerviosismo se extendió también por las calles de Southgate, un barrio en los suburbios de Johannesburgo. Una paralizante sensación tomó por sorpresa a los 42 hombres más duros de la Banda de Lomas, seguidora de Boca, quienes se consideran «la hinchada oficial» por sus estrechos vínculos con el cuerpo técnico del seleccionado. Un grupo de policías irrumpió en el hotel Road Lodge, donde se alojan, y revisó a los barras de cabo a rabo. Fuentes de seguridad reconocieron que se trató de una advertencia.
Sin entradas ni dinero
Sin embargo, puede considerarse algo más que un llamado de atención. La policía se llevó anotados en tinta los nombres de las personas que no tenían entradas para los partidos ni dinero suficiente para solventar una estada prevista inicialmente para más de un mes en territorio sudafricano.
Así fue como al caer la tarde, 42 de los 98 hinchas que se jactan de ser los de la Banda de Lomas debieron abandonar el hospedaje y mudarse a otro sitio. Su destino, quizá, sea Pretoria, donde se alojan los dirigentes de la AFA, a quienes habían amenazado la semana pasada para exigirles dinero, entradas y una charla con Carlos Bilardo, el secretario técnico.
Con los líderes deportados, en la agrupación kirchnerista HUA ya se activó un comité de crisis para distribuir las jerarquías y evitar desbordes en una tropa que desde hoy se ampliará a más de 200 personas, con la inminente llegada de muchachos de clubes de las categorías del ascenso, y también otros de Vélez, y de Argentinos Juniors.
Ausentes «Bebote» Alvarez, «Pillín» Bracamonte y Emiliano Tagliarino, todos deportados a la Argentina anteayer y que esta madrugada aterrizaban en el aeropuerto de Ezeiza, los escalafones del aguante señalan a Diego Goncebate (Lanús) y al «Negro» Fiorucci (Tigre) como los nuevos cabecillas.
Esto se resolverá entre mañana y el viernes, cuando aterricen aquí el dirigente de Compromiso K Marcelo Mallo, el líder político de HUA y el resto de la tropa de Independiente, que cuenta con mucho poder de decisión en esta contingente de hinchas peligrosos.
«Los pibes están recalientes [sic]. Estamos esperando que lleguen todos para ver qué vamos a hacer. No es fácil controlar a tanta gente que siempre se acostumbró a ser guiada por unos tipos que hoy no están», deslizó un barra de Quilmes en la puerta de la escuela donde se hospedan los muchachos de HUA.
Una película de terror
Los hinchas llegaro con máscaras en sus caras para no ser reconocidos
La triste historia de los barrabravas está enquistada como el peor mal del fútbol argentino. Pero pocas veces en la historia, o hasta quizá se pueda aseverar que nunca, se vivió un día tan frenético y que rozara tantos ámbitos distintos. En Buenos Aires, revuelo por la llegada de los barras inadmitidos en Sudáfrica. Además, pedidos a la Justicia para que investigue cómo hicieron para salir del país. En Tucumán, el gobernador José Alperovich defendiéndose de la acusación por supuestos vínculos con Sergio Roldán, el barra que viajó aun teniendo pedido de captura. En Pretoria, un dirigente, Juan Carlos Crespi, acusando a Carlos Bilardo de tener relación directa con los violentos. Y el secretario técnico, negándolo. Un cuadro de terror, a sólo tres días del debut argentino en el Mundial.
Con una pequeña demora, el avión TAM PZ 700 que trajo a los diez barras deportados aterrizó a las 22.14 en Ezeiza. Allí estaban varios de los líderes de Hinchadas Unidas Argentinas, como Pablo «Bebote» Alvarez, Andrés «Pillín» Bracamonte y Sergio «Flay» Roldán, este último con pedido de captura, que fue apresado apenas pisó suelo argentino. La PSA (Policía de Seguridad Aeroportuaria) lo detuvo y fue llevado en otro avión a Tucumán. Después se conoció una denuncia del senador radical José Cano, que indicó a Roldán como beneficiario de un plan Argentina Trabajo, por el que percibiría 1500 pesos por mes. Los otros siete barras no admitidos fueron Julio César Navarro, Pablo de Respinis, Emiliano Tagliarino, Luis Tucci, Mariano González, Diego Gómez y Juan Duarte.
La llegada produjo una escena violenta, y con los barras exaltados. Caóticamente dejaron el aeropuerto, con amenazas hacia los periodistas, para que no se les acercaran ni les tomaran fotografías. Uno de ellos, vestido con un buzo de Independiente, una careta y una peluca con los colores argentinos, fue el más irritado. Los barras denunciaron que les fueron robadas valijas y todos salieron sin bolsos de la terminal. «Pillín» Bracamonte era el único con algo en la mano: una bolsa con chocolates.
«No sé qué tiene que ver un político con esto, por qué lo mezclan, porque en definitiva lo único que hace es manchar a la dirigencia política», se defendió de las sospechas Alperovich. Además, el juez federal Rodolfo Canicoba Corral recibió una denuncia del abogado Ricardo Monner Sans. «No puedo entender cómo la Dirección de Migraciones y los organismos encargados de controlar el egreso hacia el exterior de personas judicialmente inhabilitadas para ello, habrían podido -digamos- ?distraerse´», sostiene la presentación.
Mientras este tsunami se instalaba en nuestro país, en Sudáfrica los temblores por la onda expansiva de los violentos no eran menores. «Los barras piden por Bilardo, piden por él. Nosotros no tenemos nada que ver», decía, algo atemorizado, uno de los tres dirigentes de AFA que acompañan al seleccionado argentino. Sus palabras abrieron las puertas a lo que LA NACION reveló hace cinco días, cuando informó que un grupo de barras de La Banda de Lomas había irrumpido en el hotel Southern Sun para exigir entradas, dinero y una charla con Carlos Bilardo. Fue ayer Juan Carlos Crespi, otro de los dirigentes, el que vinculó al secretario técnico con los barrabravas, lo que agravó la situación y levantó aún más la polvareda de sospechas.
Agobiado por la situación, Crespi clarificó ayer lo que había dicho hace seis días, cuando reconoció conocer a los barras y haber tenido alguna relación con ellos. Pero esta vez, el dirigente de Boca fue más directo y le apuntó a Bilardo.
«Los barras vienen todos los días a preguntarnos por Bilardo. Dicen que les prometió entradas», denunció Crespi. Y Bilardo, en diálogo con Todo Noticias, se desligó, aunque su retórica fue contradictoria. «Yo no vi a nadie ni hablé con nadie. Estoy todos los días dentro del predio. Ellos [por los dirigentes] me dijeron que preguntaron por mí, pero por Bilardo pregunta todo el país. Yo no prometí nada. Tengo que estar loco para prometer entradas», dijo el secretario técnico, que luego reconoció sin claridad conocer a algunos de los barras.
El presidente de la delegación argentina, Luis Segura, desmintió que los dirigentes hayan reforzado su custodia tras las constantes visitas de los barras. «Es una exageración que ha inquietado a todos. Los barras vinieron en orden y respeto a preguntar cómo podían hacer para conseguir entradas. No le prometimos entradas a nadie, por lo tanto no debemos nada», comentó, y además negó que en el avión del seleccionado haya habido barras.
Las palabras de los dirigentes, anticipadas por LA NACION, dejaron al descubierto la explosiva convivencia entre los barras, dirigentes, futbolistas y el cuerpo técnico del seleccionado.
“Le vendimos el alma al Diablo y así nos fue”
Emiliano Tagliarino asegura que en Sudáfrica los trataron mal. “Estuvimos 22 horas sin siquiera tomar agua”, dice.
Emiliano Tagliarino, uno de los barras de HUA que Sudáfrica mandó de nuevo, dice que los políticos los usaron. Y blanquea el aporte de los clubes y el cuerpo técnico.
Como si la fiebre mundialista no se le hubiese pasado luego de que no lo dejaran entrar a Sudáfrica, Emiliano Tagliarino, barra de Huracán y vocero de la ONG Hinchadas Unidas Argentinas, tiene puesto un gorro alusivo al Mundial 2010. Y mientras su abogado, Rodrigo González, diseña la arquitectura legal para devolverlo a Sudáfrica, Tagliarino habla.
“El viaje fue perfecto. Sólo hubo un incidente de Brasil a Angola porque uno quiso sacar fotos, el azafato le manoteó la máquina y tuvimos que parar a los pibes que lo salieron a correr. Al llegar a Johannesburgo vimos que había ocho policías con una lista con diez nombres. Y ahí empezó otra historia”.
-¿Cómo diez si el gobierno dijo que aportó 700 nombres de barras? -Qué, eran diez y estaban todas las cabezas del grupo. Cuando me agarraron les pregunté por qué y me contestaron: “Es un problema de tu país, no nuestro. Recién mandaron esta lista desde Buenos Aires. Andá y arreglalo allá”. Hasta ese día, no tenían nada.
-¿Por qué pasó eso? -Por lo de Ezeiza, lo de las caretas. Y porque les tocamos el culo a todos. A la Policía no le conviene que nos juntemos porque se le cae el negocio de venir a pedirnos plata los días de partido para no reventarnos los micros. Entonces nos mandaron de vuelta a las cabezas para que allá se pudra todo y así tener más presupuesto y chances de apretarnos acá. Después dicen que teníamos banca… yo no tengo antecedentes y ahora soy peligroso. ¡Y no lo era hace tres meses cuando estuve allá! Los que tienen banca son los que viajaron en el avión de la Selección. A ellos no los deportan, porque están con el cuerpo técnico y Bilardo. Mirá, nosotros tuvimos una reunión con Mancuso y…
-¡¿Cómo?! -Sí, nos llamó hace un mes. Le dijimos que sólo nos faltaban las entradas y nos pasó con un dirigente de AFA para que nos facilitara el trámite.
-¿Noray Nakis? -Lo dijiste vos, no yo.
-¿Y se las dio? -No, ahora pararon todo por orden de Grondona. Pero las queríamos comprar, no de favor. Al único que le pedimos favores fue a Marcelo Mallo que nos dijo que pongamos las banderas con el pingüino que después el Gobierno nos daba todo. Y nos comimos la galletita. La política es lo peor que hay, no tienen lealtad, nos usaron. Le vendimos el alma al diablo y así nos fue.
-¿No pagó 125 pasajes? -Los 150 de Primera ya estaban, porque algunas barras conseguimos la plata por afuera y otras de adentro de cada club, del fútbol. Y Mallo al final, no sé de dónde, sacó el resto y también la plata para comer allá. Igual nos usó, porque dijo que Aníbal Fernández no se metería con nosotros y mirá cómo terminamos. Encima nos infiltraron la ONG.
-¿Qué? -Sí, uno de los hijos de Grondona nos mandó a la barra de Arsenal a espiarnos. Hasta nos reunimos en la estación de servicio, ya sabés cuál. La AFA quería boicotearnos pero a los de Lomas, que llegaron por Dedo Becerra (capo de la barra de Quilmes), no. Porque ellos arreglaron con la Selección.
-¿Pensás que podés volver al Mundial? -No sé. Porque parece que tenemos lepra. Yo sé que cargamos con la mochila de la violencia y seguimos haciendo cagadas, pero queremos cambiar. Pero al fútbol parece que no le conviene porque todo esto, es un gran negocio.
fuentes: olé, canchallena, infobae, el siglo web
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