EL COMBO BORRACHO

Además de tickets, la Policía le secuestró 70 pases para estacionamiento a los capos de la barra.

Querés carnet?, tenemos carnet. ¿Querés entrada?, tenemos entrada. ¿Querés meter tu auto adentro del estacionamiento del club? También podés. El amplio combo Borracho te vende lo que estés buscando. Así de claro le quedó a la Justicia porteña ayer, cuando llegó el parte policial con todo lo secuestrado el domingo a la cúpula de la barra. Sí, además de las facas, el gas pimienta, los carnets buenos y los provisorios y las entradas para el match, Martín Araujo, Héctor Caverna Godoy y Gustavo Tachero Luzzi tenían en su poder 70 pases para el estacionamiento del Monumental. Increíble.

Desde el club argumentan que los mismos o son falsos o pueden descubrir rápidamente de donde salieron. Porque afirman que los estacionamientos son nominales y River entrega 350 por partido (la capacidad de la playa es de 450). Así que mandará al fiscal Brotto esa lista para que chequee con los elementos secuestrados. En ese contexto habrá que ver si surgen coincidencias.

También el fiscal comenzará hoy a ver a quienes pertenecen los carnets que tenían los barras. Y analiza postergar las indagatorias para analizar mejor las pruebas y darles menos margen de maniobra a Araujo y compañía.

 

fuente : ole

Como en su casa…

La Policía agarró a los jefes de los Borrachos del Tablón con facas, carnets, entradas de protocolo, dinero y gas pimienta en el estacionamiento del club.

200 carnets oficiales, 80 provisorios, 100 entradas de protocolo, tres tubos de gas pimienta, varias facas y 7.000 pesos. ¿Quién va a la cancha con semejantes elementos si supuestamente sólo busca a alentar a su equipo? La respuesta es sencilla: un barrabrava. Un jefe, para más datos. Con ese variado menú de vituallas, la Policía agarró a Martín Araujo, el líder de Los Borrachos del Tablón; a su segundo, Héctor Caverna Godoy; y a Gustavo Luzzi, apodado Tachero. Todo cuatro horas antes del comienzo del partido. Todo en el marco de un procedimiento que puede hacer caer el turbio negocio de reventa de la barra brava de River y sus aliados. Porque, claro, la nueva dirigencia también tendrá que explicar demasiadas cosas, como por ejemplo no sólo qué hacían tantos carnets y tickets en poder de la barra, sino también por qué la camioneta importada de Araujo estaba ubicada en el sector vip del estacionamiento del club, al lado del auto de Caverna. Y, sí, pertenecer tiene sus privilegios…

Como tantas otras veces, la chance de atraparlos con las manos en la masa tuvo como aliada a la sensación de impunidad con la que se mueven los barras. El viernes, la Cámara del Crimen le ratificó a Araujo, alias Martín de Ramos, la prohibición de concurrencia al Monumental con la accesoria de no acercarse a 300 metros del estadio los días de partido. Esta medida se la había aplicado la Justicia en el marco de la causa por la agresión al representante de jugadores de las Inferiores, Sergio Ferreyra, pero Araujo la había apelado y por eso estaba en suspenso. La decisión de la Cámara la dejó firme. Aun así, el líder de la barra supuso que sus fluidos contactos le permitirían seguir manejando todo el negocio desde la Sívori alta. Así, llegó al Monumental antes del mediodía y empezó a planear la tarde con sus súbditos, como cada vez que River juega de local. Pero a las dos de la tarde, desde la sala de video del club, lo vieron. Allí se ubica la brigada de video operativo de la Federal y gente del Comité de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos. Estos últimos dieron el aviso y la Policía fue hasta el lugar. La idea era notificarle su desobediencia judicial y echarlo del estadio. Pero cuando llegaron requisaron a los tres y encontraron los tickets, las armas, los carnets y el gas pimienta. Y entonces fueron demorados y puestos a disposición del fiscal contravencional Norberto Brotto, quien les abrió una causa por portación de armas blancas y tuvo que dejarlos libres, ya que la pena por este delito contempla como máximo 20 días de prisión redimibles por multa. Y, sí, la legislación no ayuda demasiado…

Igual, la causa puede avanzar en varios frentes. Primero se puede analizar a quiénes llamaron los barras en esos instantes previos a que los agarraran, ya que fueron secuestrados sus celulares. En River había muchos dirigentes y allegados nerviosos por este ítem. Por otro, el fiscal pondrá la mira en la Comisión Directiva para saber cómo los jefes de los Borrachos tenían cosas en su poder pertenecientes al club. Y por último, ya nadie podrá hacerse el desentendido con la causa por reventa de la gestión anterior, que Olé publicó en exclusiva en diciembre y que todavía duerme, por estas horas, el sueño en un cajón de Tribunales.

Mañana a la mañana, Araujo, Godoy y Luzzi deberán declarar. Cinco días antes del superclásico. Ojalá, en lo que a ellos respecta, les toque perder por goleada. Será, al fin y al cabo, un triunfo de todos.

 

 

fuente: olé

La última curda…

Mientras River sigue sin poner a la barra oficial en derecho de admisión, reapareció la disidente y sumó tensión. Enterate quiénes son y qué quieren.

La primera señal de que el domingo iba a tener complicaciones se dio a las cuatro de la tarde, en Barrancas de Belgrano. Como si los hubiese traído una tormenta, un grupo de camionetas provenientes de distintos puntos cardinales estacionaron en la plaza central. De allí bajaron los barras. Algunos, con historia en la tribuna de River en los 90. Otros, con peso en el primer lustro de la década pasada. Muchos sumados de barrios periféricos. Y todos con un punto en común: tras el crimen de Gonzalo Acro, fueron raleados de la barra. Y aunque popularmente se los identificó como La banda del Oeste, la suma trae gente del Sur, de Zona Norte y de Capital Federal. Y tienen un objetivo claro: entramos todos, oficial y disidente, o no entra nadie. Y como la nueva dirigencia de River sigue teniendo una actitud tibia con respecto al fenómeno, las cosas pintan mal, mi viejo, pintan mal.

El grupo, de cerca de 200 barras, ya había hecho su presentación en sociedad el 18/11/13, en el partido contra Olimpo en el Monumental. En aquel momento, la banda del Oeste liderada por Sebastián Barraza, y Franky Martínez se había hecho fuerte con gente de Haedo, Morón, Moreno y Merlo y habían convencido de cerrar filas a un grupo del Sur comandados por los históricos Julio Gamboa y Pacha Corrado, que trajeron barras de Claypole y barrio Don Orione. Para completar los puntos cardinales también se sumó gente de Tigre, Victoria, San Fernando, Pilar, Olivos y Escobar, que en su momento bancaba a los hermanos Schlenker (Damián Paz y Chatruc son sus referentes) y de Capital Federal, con el Gallo de Deportivo Español y Guillermo Bruja Careri de Flores al frente. Pero para este 2014 consiguieron más apoyo: volvieron Los Patovicas de Hurlingam, con Darío Velardez, Toti, jefe de la barra de Italiano, como guía, y desde Berazategui subió un grupo al mando de Bin Laden, un barra que tuvo ascendencia hasta 2010. Al comenzar el partido ingresaron a la Centenario tras un forcejeo con la Policía, que no les dejó entrar las banderas. De hecho, la única que pasó fue una para recordar a Jonathan Waldmeiker, asesinado en 2010 tras una guerra interna en la General Paz. Waldmeiker era el segundo de Velardez en el grupo de Hurlingham y Bella Vista. ¿Cómo entraron? Fácil: salvo cinco tickets que eran de canje (que están siendo investigados), los restantes habían sido comprados a 80 pesos. La gente de Seguridad busca averiguar de donde salió el dinero para financiar la movida.

Más allá de las amenazas tribuneras, no pasó nada durante el partido ni a la salida. Pero River deberá tomar una decisión: si bien la nueva CD le cortó víveres a la barra oficial, no puso a sus líderes en el derecho de admisión y éstos siguen caminando el Monumental como si fueran sus dueños. Quizá prohibir a unos y otros sea la única manera, River, de terminar con la interna y garantizar la paz para sus hinchas.

 

fuente:ole