Elena mira la foto una vez más, se restriega los ojos ya rojos y repite, para que no queden dudas, que sí, que ése es su hijo, Juan José Paz, 38 años, DNI 21.052.456, que salió de terapia intensiva el sábado pasado y que contra todos los pronósticos se está recuperando favorablemente. Y se enoja cuando el periodista insiste: «¿Está segura que es su hijo? Porque la Policía dijo que se golpeó antes del partido, fuera de la cancha, por un ataque de epilepsia».
Paz, en el Amalfitani, sentado arriba de Amadeo Bellino, otro de los heridos. Le habrían pegado en la boca de salida de la popu.
-Soy la madre, ¿no? Es mi Juan. Mirá, tiene la gorrita azul, la remera… y acá entró todo desnudo, lo mandaron desnudo desde el Vélez Sarsfield (el primer hospital donde recaló). A mí algunos de sus amigos ya me habían dicho de que lo habían golpeado adentro. Y una vecina, en la feria, me dijo que la Policía mentía, que lo habían visto dentro de la cancha. Pero como él todavía no puede contar nada, yo no sabía. Pero este es mi Juan. Así que no se golpeó afuera como decían, porque yo lo veo sentadito ahí adentro.
Las palabras de Elena suenan fuertes en el pasillo del tercer piso del hospital Fernández donde Juan José Paz se sobrepone a dos cirugías cerebrales practicadas para salvarle la vida. Paz, miembro de La Banda del Oeste, fue el herido más grave de la batalla que ocurrió en la popular local previa al partido entre River y Arsenal en el estadio de Vélez. La Policía, ante el escepticismo de todos, determinó que no había siquiera ingresado a la cancha. El parte oficial de la Federal afirma: «Paz tuvo un traumatismo de cráneo producto de que 15 metros antes de llegar al precacheo de la platea local cayó pesadamente al suelo habiendo sufrido convulsiones, labrándose actuaciones por accidente simple«. Pero Elena mira la foto y dice: «Mi Juan no es epiléptico. Lo único que tiene es diabetes. Nunca tuvo convulsiones. Y mírelo, si acá está sentadito en la tribuna».
Paz está ahora acostado en su camilla. Lo cuidan sus padres y sus dos hermanas menores. Los médicos cuentan que aún tiene amnesia por conmoción y que a veces reconoce a ciertas personas que lo visitan, y otras no. Pero que se está recuperando bien. La familia aún no accionó judicialmente para que se descubra lo que verdaderamente ocurrió. «Nosotros lo único que queremos es que se ponga bien. Una vez que suceda eso, si él quiere ir a la Justicia, irá. Adónde estoy segura de que volverá es a la cancha: es su enfermedad», dice Elena, mientras aprieta la foto una vez más.
La madre de Paz mira la foto y no duda: «Ese es mi hijo». Si bien la gorrita le tapa parte del rostro, Elena lo reconoce a él y a la ropa que vestía el día del lío en Vélez.
Se sabía
Las imágenes de aquel 30 de marzo fueron elocuentes. Y como la prensa venía avisando que ello podría ocurrir desde dos horas antes de que sucediera, siempre se habló de zona liberada. La Policía lo negó, pero dos nuevos elementos a los que accedió Olé parecen contradecirla: un informe previo de una brigada de la Federal daba cuenta de lo que podría ocurrir. «Los del Oeste irán a la cancha y no se descarta la posibilidad de que en el interior del estadio o en la misma tribuna pudieran generarse enfrentamientos entre ambos bandos para ostentar la titularidad de la barra», se lee. Y Beto, capo de la popu riverplatense, en su indagatoria declaró expresamente: «Cuando supe que estaban los del Oeste, les avisé a los policías que hicieran algo para que no hubiera problemas, pero ellos dijeron que no podían hacer nada y en ese mismo momento liberaron dos molinetes y toda la gente ingresó corriendo, incluso los que no tenían entradas». Lo que implica que no hubo cacheo para esta fracción y eso explica las imágenes de barras munidos con facas. Con todo esto, la Federal parece haber cambiado de opinión: Asuntos Internos abrió un sumario y ya separó a un oficial de inteligencia ligado a la barra de River.
Tomá Rodriguez, arreglate
El viernes la jueza Pombo le envió la causa por la batalla de Liniers al juez Rodríguez, que entiende en todos los procesos de Los Borrachos. Y ayer el magistrado la aceptó y la sumó a la de quinchos, playón y el caso Acro, entre otras. Para hacerlo sostuvo que había un imputado en común (Alexis Carabajal) y que todo era por la interna de la barra.
Fuente: Olé
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