Tras casi dos años, la cúpula de Los Borrachos y varios hombres del club, a juicio por la apretada a Pezzotta.
Pasó tiempo. Y por eso algunos pensaban en aplicar el viejo refrán de Julio Grondona, aunque levemente modificado en honor al gran capitán: el “Todo Passa”. Pero mientras el club sigue tratando a sus barras como huéspedes de honor, de hecho no están en la lista del derecho de admisión, la Justicia decidió que ya era hora de que rindieran cuentas de su accionar. Así, la jueza Karina Zucconi cerró la instrucción y elevó a juicio a la cúpula de Los Borrachos del Tablón, a varios hombres del club y a un policía, por la apretada a Sergio Pezzotta en el entretiempo del día en que River empató con Belgrano el segundo partido de la Promoción y se fue a la B Nacional. El caso fue sorteado y quedó en manos del Tribunal Oral 22, presidido por la doctora Patricia Cusmanich e integrado también por los jueces Sergio Paduczak y Gabriel Nardiello, en lo que representa una mala noticia para los violentos, ya que Nardiello fue quien colaboró para llevar al banquillo de los acusados a La Doce de Rafael Di Zeo en dos oportunidades y conoce bien el accionar de los barras.
El delito que se les imputa es el de amenazas coactivas, que tiene una pena de seis meses a dos años de prisión, pero que al ser proferidas en un espectáculo futbolístico puede sumar un tercio más de pena por la ley del deporte. De cualquier manera y aunque sean declarados culpables, las condenas no serían de cumplimiento efectivo porque éstas comienzan recién a partir de los tres años de prisión.
En este caso, la Justicia considera que hay pruebas suficientes para que se debata en el juicio no sólo la amenaza que recibió Sergio Pezzotta (“Hacé cualquier cosa, cobrá un penal, porque si no ganamos de acá no salen”, fue lo que le dijeron a la terna arbitral según declaró Pezzotta en la instrucción), sino también la connivencia entre la barra con la Policía y la dirigencia. De hecho, el oficial que está elevado a juicio, Matías Ponce, era el jefe de brigada de la comisaría 51, el que tenía por misión combatir el accionar delictivo de los violentos y en vez de eso, según el fiscal colaboraba con ellos. Y en cuanto a la CD, el hilo se cortó por lo más delgado y las máximas autoridades quedaron fuera. Quienes irán al banquillo serán el vocal Néstor Morelli, Gabriel Riccio, cerebro del área seguridad de River, José María Delaico, del mismo área y Jajo Biernakowickz y el Chino Casal, dos personajes del riñón íntimo de Daniel Passarella y que están sindicados como nexos entre la barra y la dirigencia.
Los que van al banquillo
Martín Araujo: Jefe de Los Borrachos, le dicen Martín de Ramos y está acusado de haber liderado el grupo.
Sergio Medina: Apodado Ale de Budge, por su segundo nombre y lugar de origen. Ascendió en la barra tras la salida de los Patovicas de Hurlingham.
Juan C. Leguizamón: A Chimi en los videos se lo ve en el grupo que entra al anillo interno.
Flavio Raguzzi: Apodado el Profe, segunda línea en tiempos de Alan y Adrián. Acá lo escrachó el video.
Hernán García: El Melli ya había estado en la pelea del Amalfitani del 08 con armas blancas, y quedó procesado tras una escucha donde dice: “Esto lo armó la dirigencia”.
Néstor Morelli: Vocal de CD cuando el hecho, se lo acusa de ser quien abría puertas para que la barra se acercara a Pezzotta.
Javier Bierniakowicz: Del riñón íntimo de Passarella, acusado de nexo barra-CD. En el video aparece hablando con Araujo.
José Casal: El Chino, amigo del Kaiser, pasó de taxista a hombre influyente y encabezó al grupo.
Gabriel Riccio: Hombre fuerte de la seguridad del club, cercano a Adrián Rousseau antes, dicen en River que tiene vínculos con la Side.
Matías Ponce: El hombre de la comisaría 51 dedicado a River. El policía que debía combatir a la barra, según el fiscal y la jueza, era su cómplice.
Luis María Delaico: Jefe de seguridad del club, estaba en la sala de video y de ahí podía ver todo.
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