Nexos 2 (Mazzula)

Siempre se sindicó a Luis Mazzula como el principal nexo entre la Comisión Directiva de River y LBDT. Pero quién es Mazzula?

Es un ‘puntero’ político de la UCR del partido bonaerense de Merlo, que estuvo casi fundido pero hoy es propietario de numerosos inmuebles. Amigo personal de Aguilar, robusto, violento, temido, Mazzula integra la ‘task force’ del presidente, «y quien tenga dudas que le pregunte a Alfredo Davicce quién fue el visitante que recibió en el vestuario en cancha de Vélez Sarfield«, dijo una empleada administrativa de River que lo conoce muy bien.

Nunca tuvo un puesto muy definido o tuvo varios, a saber:

en el 2003, después del combate con hinchas de newells en el peaje, se lo investigó por estar a cargo del área de la Subcomisión del Hincha. El magistrado que actuaba en la causa, pensaba que la subcomisión era una pantalla legal de los movimientos de la barra millonaria. Una comisión judicial revisó el lugar por casi seis horas y de allí secuestró una computadora, volantes, panfletos y un libro de actas. Igualmente todo quedó en la nada.

En la primera gestión de Aguilar, se supone que fue el responsable de las filiales de River Plate, y ya por entonces se mencionaron irregularidades con la reventa de entradas a espectáculos.

En el 2007 intentó intervenir en la Batalla de los Quinchos y terminó agredido junto al personal de seguridad, en las crónicas de los hechos se lo nombra como “dirigente” y “asesor”.

En el 2008 Roncagliolo lo definía como “ Presidente de la Agrupación M.O.C.R.I. y líder patotero-aguilarista , Socio N° 18.274, es amigo personal de Aguilar y tiene a su cargo el sospechoso manejo de la oficina del Registro de Socios, además de otros menesteres.” , después de un encontronazo que hubo al final de una sesión de Asamblea de Representantes en la que volaron piñas y denuncias (quedó registrado por las cámaras de seguridad del club cuando agarró a la piñas a las personas que se opusieron a uno de los peores balances de River. Estas personas que se opusieron a que no se investigue las facturaciones y obras de River, fueron golpeadas y tuvieron que ser hospitalizadas.).

En el 2009, de la mano de Alvarito se plegó al proyecto de Caselli, ubicado en la lista como “19° representante de socios titular” (con carnet 20.349-6) y fue quien dirigía a los supuestos “seguidores” de Caselli el sábado 28/11, cuando éste entró al estadio, en realidad gente traída por los sindicalistas Alvarez, Maffeo y Cejas, que también integraban la lista.

Por ahora el patotero Mazzulla sigue impune y sin caselli presidente, se le terminará la suerte?.

Ver también: Nexos (Mazzula-Lavezzari) y La patota aguilarista.



Dirigentes y barrabravas, en la mira

La Justicia ordenó que se vuelva a investigar a un grupo de más de veinte dirigentes de River acusados de integrar una supuesta asociación ilícita que funcionaba dentro del club. Según consta en el fallo al que tuvo acceso LA NACION, la Sala IV de la Cámara del Crimen revocó el sobreseimiento de los integrantes de la comisión directiva que, en primera instancia, habían sido imputados por el fiscal José María Campagnoli por supuesta administración fraudulenta. Empero, la última acusación surgió a partir de una serie de irregularidades encontradas con el pase de Maximiliano López a Barcelona, de España.

La resolución firmada por los jueces Alberto Seijas, Carlos Alberto González y Julio Marcelo Lucini también ordenó que se vuelva a investigar a los supuestos integrantes de la barrabrava de River, que formarían parte de la asociación ilícita junto con los dirigentes. Los magistrados aceptaron el pedido de revocatoria presentado por el fiscal Fabián Celiz, quien sostuvo el recurso de Campagnoli contra la resolución del juez de Instrucción Luis Rodríguez. En primera instancia, el magistrado sobreseyó a los dirigentes y a los barrabravas.

Según informaron fuentes judiciales, la investigación comenzó en febrero de 2007, después de la denominada Batalla de los Quinchos, donde se enfrentaron dos grupos antagónicos de Los Borrachos del Tablón -como se denomina a la barrabrava de River- liderados por Adrián Rousseau y los hermanos Alan y William Schlenker, respectivamente. Aquel combate se desencadenó por un remanente de 70.000 pesos del viaje de los violentos al Mundial de Alemania, en 2006. Uno de los encargados de manejar el dinero era Gonzalo Martín Acro, quien fue asesinado en agosto de 2007, luego de que eligió apoyar a Rousseau en la feroz pelea con los hermanos Schlenker por el liderazgo de la barra.

Luego del allanamiento a la casa de Acro, por la Batalla de los Quinchos, llamó la atención a los investigadores el hallazgo de tres credenciales de River a nombre del mismo, dos talonarios de rifas con la inscripción Los borrachos Alemania 2006 y varios recibos de sueldo del club a su nombre. Además, en otros operativos realizados en los domicilios de los miembros de la barra brava, los investigadores de la Dirección de Prevención de Violencia en el Fútbol de la Policía Federal encontraron agendas y teléfonos celulares. Toda la información hallada en las agendas y en los teléfonos fue cruzada y analizada por los investigadores, lo que determinó que varios de los imputados entre los miembros de la barra brava eran empleados del club. Entre los que tenían esa doble función figuraban Alexis Gordo Neurona Dacoste, Matías Goñi, Héctor Guillermo Caverna Godoy, Juan Carlos Leguizamón y Christian Ghisletti. En el caso de Goñi, integraba, con Rousseau y Alan Schlenker, la empresa Del Tablón S.R.L, que comercializaba merchandising de la hinchada de River.

Si bien los dirigentes de River fueron sobreseidos en la investigación por los incidentes ocurridos en la Batalla de los Quinchos, con la resolución dictada ayer, la Justicia ordenó que se investiguen algunas decisiones de la comisión directiva de River que habrían permitido el financiamiento de la barra brava.

Durísima derrota del mediocre, incapaz y sospechado de corrupto juez de Instrucción Luis Rodríguez, quien deberia enfrentar en breve una destitución en el Consejo de la Magistratura de la Nación: la Sala IV de la Cámara del Crimen (jueces Alberto Seijas, Carlos Alberto González y Julio Marcelo Lucini) revocó el sobreseimiento de los integrantes de la comisión directiva que, en primera instancia, habían sido imputados por el fiscal José María Campagnoli por supuesta administración fraudulenta.

La causa fue promovida por el abogado Marcelo Parrilli -en su condición de socio de River- y ya declararon, entre otros, el ex entrenador del club Ramón Ángel Díaz y el futbolista Oscar Ahumada.

La Cámara que la investigación que había derivado en el sobreseimiento de todos los directivos fue incompleta.

Al ordenarse ampliar la investigación se incluyó a los presidenciables del club de Nuñez, conocidos por el dineral invertido en campañas publicitarias, Antonio Caselli (embajador de la Orden de Malta en la Argentina) y Rodolfo D’Onofrio (presidente de la aseguradora La Caja, representando a los accionistas Werthein).

La lista completa de los investigados es la siguiente:

(por integrar la Comisión Directiva)
José María Aguilar,
Julio Macchi,
Domingo Díaz,
Mario Israel,
Hernán Córdoba,
Darío Santilli,
Héctor Grinberg,
Héctor Cavallero,
Antonio Caselli,
Hugo Slipak,
Hernán Díaz,
Jorge Carullo,
Carlos Ferreyra,
Norberto Álvarez,
Raúl Valverde,
Rodolfo Cuiña,
Jorge Francisco,
Pablo Singerman,
Diego Quintas,
José Basteiro,
Santiago Poblet Videla,
Rodolfo D’Onofrio,
Juan Lanas,
Andrés Ballota,

(por barrabravas)
Alan Schlenker,
Adrián Rousseau,
Martín Araujo,
Javier Ávila,
Gustavo Larrain,
Juan Carlos Leguizamón,
Juan Martín Vallejos,
Christian Ghisletti,
Héctor Godoy,
Matías Goñi y
Alexis Decoste.

Fuente: La Nación y Urgente24

Adrián a juicio oral

El ex jefe de la barra de River Plate Adrián Rousseau comenzará a ser juzgado el próximo 15 de septiembre por su presunta participación en un enfrentamiento entre la hinchada y la Policía Federal tras un partido del equipo millonario y Oriente Petrolero, de Bolivia, en enero de 2006.

Fuentes judiciales informaron hoy que el Tribunal Oral Criminal 15 fijó esa fecha para comenzar a juzgar a Rousseau por los delitos de resistencia a la autoridad, daño, lesiones leves e instigación a la formación de grupos destinados a cometer alguno de los delitos previstos en la ley «De la Rúa» de espectáculos deportivos.

El hecho, conocido como la «batalla de Oriente Petrolero», ocurrió el 26 de enero de 2006 tras el partido de Copa Libertadores en el que River goleó por 6 a 0 al equipo boliviano cuando un grupo de la barra brava se enfrentó con la Guardia de Infantería de la Policía Federal que trataba de evitar que dos hinchas del equipo visitante fueran agredidos.

En el enfrentamiento fueron heridos el subinspector Matías López Bohigas y el cabo Fabián Fernández, quienes identificaron a Rousseau como la persona que lideraba a los barras.

Rousseau lideraba la barra de River «Los borrachos del tablón», junto a Alan Schlenker, hasta que se pelearon y se generaron dos grupos que se enfrentaron en varias oportunidades y esa división llevó presuntamente al asesinato de Gonzalo Acro, en agosto de 2007.

Por los enfrentamientos conocidos como la «batalla de los quinchos» y «la batalla del playón», Rousseau también será juzgado y una unificación de penas podría llevarlo a la cárcel.

El tribunal que tendrá a cargo el juicio es el mismo que juzgará a Alan Schlenker, su hermano Williams y otros barras bravas por el asesinato de Acro.

El procesamiento de primera instancia de Rousseau ya había sido confirmado por la Sala IV de la Cámara del Crimen el año pasado, integrada por los jueces jueces Marcelo Lucini, Alberto Seijas y Alberto González.

Los magistrados le atribuyeron resistencia a la autoridad, daño, lesiones leves e instigación a la formación de grupos destinados a cometer delitos previstos por la llamada «Ley de la Rúa», que reprime la violencia en espectáculos deportivos.

Durante la pelea, fueron heridos el subinspector Matías López Bohigas y el cabo Fabián Fernández, quienes después de ser remitidos al hospital Churruca identificaron como el líder de los atacantes a Rousseau, aunque el defensor de éste, Ignacio Irurzún, había objetado esos reconocimientos realizados, según dijo, «sobre la base de fotografías, nunca de modo directo».

El letrado ironizó sobre una de las acusaciones que pesan sobre su cliente: «Es extraordinario que alguien vaya a juicio por instigación en una causa en la que no hay instigados. ¿A quiénes instigó, dónde están, cómo se llaman?», se preguntó.

El 26 de enero de 2006, la Guardia de Infantería intervino para evitar que los barras de River golpearan a dos hinchas visitantes, pero sólo lograron que todos ellos, armados con cintos con hebillas y elementos extensibles tipo «resorteras», se unieran contra los policías, a quienes arrojaron vallas, caños metálicos y difusores químicos presurizados del tipo PPQ.

Fuente: Télam, Dym.

El encubrimiento

La Justicia sospecha que los dirigentes de River Plate, con su presidente, José María Aguilar, a la cabeza, «habrían pretendido ocultar la verdad de lo acontecido» en la denominada la batalla de los quinchos, el primer enfrentamiento grave entre los grupos antagónicos de la barra brava del club de Núñez.

Así se desprende de la documentación que cita un dictamen fiscal según el cual «los directivos del club habrían ayudado deliberadamente a los integrantes de la barra brava que se reúnen en torno a dicha institución para hacer desaparecer pruebas o instrumentos del delito materia de esta investigación».

La batalla de los quinchos tuvo lugar en febrero de 2007 y fue el primer episodio grave de violencia entre los propios barrabravas de River. Seis meses después se produjo el asesinato del barrabrava Martín Gonzalo Acro, también en el marco de esa disputa de poder.

Fuente: La Voz.com.ar

Ausente para Ahumada

Todo lo que los jugadores ponen en la cancha, se desvanece en el aire cuando les toca poner en Tribunales. Nunca un jugador bancó una denuncia contra los barras o manejos irregulares de la dirigencia, y esta vez parece que no será la excepción: Oscar Ahumada pegó el faltazo y dejó vacía la silla que le tenía preparada el juez Luis Rodríguez para que cuente todo lo que amenazó con contar cuando parecía que River lo iba a sancionar por el famoso affaire del silencio atroz. «Ahora falta que los dirigentes se metan también en esto, con todas las cosas que hicieron mal. Yo pregunto: ¿qué pasa con la venta de tal o cual jugador? Estoy cansado de callarme cosas que todo el mundo sabe y nadie dice», había declarado la semana pasada el volante. Y aunque el juez lo volverá a citar, mejor que no se haga muchas esperanzas: nadie espera que Ahumada saque los pies del plato. Por otro lado y tal como anticipó Olé en muchas ocasiones, el juez sigue creyendo que los directivos de River tenían una relación de connivencia con la barra, lo que siempre sostuvo el fiscal Campagnoli. Así se los hizo saber a los hermanos Schlenker cuando los interrogó el lunes por la batalla de los quinchos y les expuso los hechos. De hecho, en esa causa Aguilar está investigado por encubrimiento.

Fuente: Olé

Los Schlenker en tribunales

Primero Alan:

«Hubiese querido declarar, pero no voy a hacerlo porque este juzgado no me da garantías. Siento que no han escuchado, que no me han dado lugar a las pruebas que yo propuse», se quejó el mayor de los Schlenker, según pudo saber DyN.

Alan había sido convocado a ampliar declaración indagatoria en relación a la denominada «batalla de los Quinchos», uno de los primeros enfrentamientos armados entre su grupo y el que lideraba Adrián Rousseau.

Schlenker, vestido con una camiseta de River, se presentó ante el juez acompañado por su abogados, Roberto Ribas y Sebastián Rodríguez, tras ser trasladado esta mañana desde el penal de Marcos Paz, donde está alojado desde finales del año pasado por el crimen de Gonzalo Acro.

Tras una extensa lectura de los hechos que ese le imputan en relación con la «batalla de los quinchos» -una causa en la que ya está procesado y en la que la Cámara del Crimen ordenó ampliar por hechos por los que no había sido indagado-, Alan Schlenker volvió a culpar a Rousseau por su complicada situación procesal.

«Empezamos por los 17 pedidos de detención realizados en base a las mentiras de Rousseau. El resultado de ello es que ya hay nueve personas en libertad. Que durante el secreto de sumario Rousseau y compañía sabían que se iban a producir las detenciones. Rousseau declaró seis o siete veces, mintiendo y ensuciándome, de forma malintencionada, y no fue procesado por falso testimonio», embistió.

En esa línea, acusó al juzgado de «inventar arbitrariamente» una prueba de cargo contra uno de los prófugos en la causa, Kevin Kraft, respecto de su número de aparato de comunicaciones Nextel.

«Está más que probado que es falso y que el movimiento y el uso de ese celular no concuerda para nada con el celular real que poseía Kevin… el handy real de Kevin demuestra en la causa que él se encontraba, la noche del ataque a Gonzalo, en la antena correspondiente a su domicilio», añadió.

Finalmente, Alan Schlenker se quejó de que el juzgado le prohibió «tener contacto con periodistas, también arbitrariamente».

«Por todos estos motivos considero que no están dadas las garantías para que yo declare», concluyó.

Después William:

William Schlenker admitió hoy que se enfrentó a golpes con la víctima y el líder de la facción opuesta de «Los Borrachos del Tablón», Adrián Rousseau, en la denominada «Batalla de los Quinchos».

Fuentes judiciales informaron a Télam que William declaró hoy sobre esos incidentes anteriores al homicidio ante el juez de Instrucción porteño Luis Rodríguez, aunque no aceptó responder a las preguntas del magistrado.

Según las fuentes, William se limitó a narrar que el 11 de febrero de 2007, tuvo una pelea a golpes de puño con Rousseau en los quinchos del Monumental.

De acuerdo al sospechoso, el sindicado líder de la facción opuesta de la hinchada no pudo lastimarlo durante la pelea a golpes de puño, por lo que le propinó un «puntazo» en la espalda.

En cuanto a Acro, lugarteniente de Rousseau, William afirmó que también se enfrentaron ese mediodía, pero que mientras él sólo había recibido un corte en el labio, «Gonzalo terminó con la cara toda inflada», dijeron los informantes.

William subrayó el resultado de ambas grescas, ya que una de las razones por las que Rodríguez cree que participó meses más tarde del asesinato de Acro, fue, precisamente, que había quedado «mal parado» en esa disputa que tuvo lugar en medio de familias de socios que almorzaban antes de un partido de River.

Fuentes: Infobae.com, MDZ online

Yo su señoría? No su señoría

Adrián Rousseau negó hoy haber participado en la llamada «Batalla de los quinchos», ocurrida el 11 de febrero de 2007 dentro del club, minutos antes del comienzo de un partido por el torneo local, dijeron fuentes judiciales.

Según los investigadores, ese enfrentamiento tuvo como protagonistas a los seguidores de Rousseau que disputaron el poder de «Los Borrachos del Tablón» con la facción que encabezaban los hermanos Alan y William Schlenker.

Rousseau se presentó en Tribunales junto a su defensor, Ignacio Irurzún, pero sólo negó los hechos sin responder a las preguntas formuladas por el juez de instrucción Luis Rodríguez.

El magistrado lo interrogó sobre supuestas violaciones a la «Ley de la Rúa», que reprime a quienes alienten o promuevan la formación de grupos violentos en el marco de espectáculos deportivos.

La Sala Séptima de la Cámara del Crimen ordenó en enero pasado que se ampliara indagatoria a los imputados con respecto a las figuras penales que contempla esa norma, en la misma ocasión en la que les confirmó los procesamientos sin prisión preventiva por lesiones, dictado por el juez de instrucción Mauricio Zamudio.

En el episodio, desarrollado al mediodía en la zona de quinchos del Monumental en medio de familias aterrorizadas que almorzaban allí, se utilizaron armas de fuego y punzocortantes y habría comenzado cuando Rousseau y William Schlenker se enfrentaron a golpes de puño.

«El hecho trascendió la esfera de privacidad para extenderse al público en general mediante la creación de un riesgo colectivo gestado a partir de la concreción de disparos de arma de fuego y la exteriorización de la trifulca hacia terceros ajenos que vieron comprometida su seguridad», sostuvieron los camaristas.

William Schlenker y Rousseau «iniciaron una disputa a golpes de puño que derivó inmediatamente en un acometimiento recíproco de dos diferenciados grupos de personas que respondía a los intereses de cada uno de los contrincantes», concluyeron los jueces Juan Cicciaro, Rodolfo Pociello Argerich y Abel Bonorino Peró.

Los hermanos Schlenker, quienes siguen presos desde el año pasado en el penal de Marcos Paz por su presunta responsabilidad en el asesinato de Gonzalo Acro, habían sido convocados para esta mañana, pero pidieron postergación para el lunes próximo pues el padre viajará hoy desde Córdoba para visitarlos, ya que es el cumpleaños de uno de los procesados.

Hermanitos a declarar again

El juez de instrucción Luis Rodríguez convocó a los hermanos Alan y William Schlenker, ambos detenidos, para ampliar sus declaraciones indagatorias por la denominada «Batalla de los Quinchos», el enfrentamiento entre grupos antagónicos de la barra brava de River ocurrido el 11 de febrero del año último.

Los hermanos Schlenker serán trasladados el lunes próximo por la mañana desde el penal de Marcos Paz, en el que están alojados con procesamiento confirmado por el asesinato de Gonzalo Acro.

Los Schlenker ya están procesados por la «Batalla de los Quinchos», pero la Cámara del Crimen anuló parcialmente esa resolución porque los delitos imputados abarcaban los contemplados por la denominada «Ley De la Rúa», contra la violencia en el deporte, pero no habían sido indagados por esas figuras.

Aquel procesamiento había sido dictado por el juez de instrucción Mauricio Zamudio, el primero que tuvo a su cargo el episodio de los quinchos, que ahora pasó a manos del juez Rodríguez.

Fuente: La Nación.com

En la mira

El martes, José María Aguilar estuvo declarando durante cuatro horas ante el juez Luis Rodríguez. En esos 240 minutos, el presidente de River intentó despegarse de cualquier hecho que pudiera relacionarlo con la barra brava. Pero la ampliación indagatoria muestra que el magistrado no cree que la dirigencia del club sea tan inocente como declara. De hecho, Rodríguez había escrito en un dictamen que la barra se peleaba por un botín económico y dejaba entrever que River había fomentado o no había hecho nada para parar esto. Y el martes lo puso en blanco sobre negro: además de la acusación de encubrimiento por los hechos de la batalla de los quinchos, ahora también le imputa el sostener grupos que infringen el regimen penal y contravencional a través de la instigación, promoción o facilitación de la formación de estos grupos en el marco de la ley de espectáculos deportivos, que en su artículo quinto prevé para quien cometa ese delito una pena de uno a seis años de prisión.

La declaración de Aguilar también dejó otras perlitas. Como que aceptó que en el club hubo denuncias sobre reventa de entradas de protocolo (que son plateas, no populares), pero que el club no había iniciado sumario interno. Cabe destacar que uno de los barras empleados del club y primera línea en su momento de Rousseau, Christian Ghisletti, tuvo un proceso por este tema iniciado por la Policía Federal el 8/10/06. Sobre quién maneja las entradas de protocolo, Aguilar precisó que el encargado de distribuirlas es el secretario del club (en este caso Mario Israel) y que el cupo por partido varía de 3.500 a 5.000.
Aguilar también dejó otras consideraciones. Como que Luisito, ex capo de la barra e involucrado por la Justicia en los hechos que terminaron con el crimen del hincha de Independiente, Christian Rousoulis, trabaja en el club «porque puede meterse a buscar talentos donde otra gente no se anima» y que a Alan y Adrián nunca los vio en actitudes violentas hasta el 11 de febrero del 07, obviando que todos los hechos que protagonizaron Los Borrachos del Tablón y que ambos ex jefes de la barra, tenían condena contravencional por temas de fútbol antes de esa época.

Sobre cómo William Schlenker, sin ser socio, estaba presente en los quinchos afirmó que «en el fútbol siempre entran un 30% de colados» y en cuanto a los barras empleados que había en el club aseguró que él no se encargaba de las contrataciones. «Sólo pedí por un ex compañero mío del colegio, nada más», agregó.

Fuente: Olé

Adrián no quiso ir

Adrián Rousseau, no se presentó ayer a declarar como testigo en la causa en la que se investiga el crimen de Gonzalo Acro. Su abogado presentó un escrito en el que confirmaba su ausencia y aportaba los datos que su cliente se comprometió a brindar a la Justicia.

“Adrián había hecho alusión a este tema hace ya un tiempo, pero le faltaban algunas precisiones y por eso el juez volvió a citarlo. A través de un escrito acompañé esas informaciones que habían quedado pendientes y como consecuencia la testimonial fue cancelada”, afirmó el abogado defensor de Rousseau, Ignacio Irurzún. De esta manera quedó postergado uno de los testimonios que se presumían clave en la causa por la muerte de Acro. Irurzún prefirió no dar a conocer el contenido del escrito, pero adelantó que fue aceptado por el juez de instrucción, Luis Rodríguez.Además, el abogado recordó que Rousseau tiene otras causas pendientes en la Justicia en las que figura como imputado, por lo que una declaración como testigo en otro expediente podría resultar autoincriminante y, en consecuencia, contrario a la Constitución Nacional. “En el escrito insistí en que no se le puede tomar declaración bajo juramento a una persona que, como él, tiene causas pendientes, relacionadas con la violencia en el fútbol, ya que podría autoincriminarse”, explicó el abogado del barra.

Rousseau fue procesado en la denominada “Batalla de los Quinchos”, cuando las dos bandas en las que se dividía la barra de River  se enfrentaron a tiros en las instalaciones del Monumental.

En tanto,  Alexis “Neurona” Decoste se presentó a declarar ante el juez Rodríguez en el marco de la misma causa. Respecto de esa declaración, el abogado Irurzún, también defensor de Decoste, dijo desconocer cuáles eran las razones de la convocatoria formulada por el juez.

Fuente: Página/12