«Lavezzari está en la CD por la barra» (18/4/2007 – Olé)
|
|||
A Lavezzari lo agredió un hombre del grupo de Alan: Toddy, que es de la banda de Caraza. |
A confesión de partes, relevo de pruebas. Mientras el dirigente Gustavo Lavezzari duda si denunciar penalmente la agresión con arma blanca que recibió el domingo en La Bombonera (y a su autor, Toddy, de la banda de Caraza, que responde a Alan Schlenker y a quien conoce profusamente), Alan salió a bancar todo lo que pasó en la tribuna visitante durante el superclásico. Y dando un dato elocuente del poder de los violentos en River: según el líder de la barra, Lavezzari llegó por ellos a su puesto como jefe del departamento de filiales. «Los Borrachos del Tablón tenemos una estrecha relación con él, pues si ocupa un cargo en la dirigencia fue gracias a nuestro trabajo y esfuerzo», dice el comunicado.
Varios dirigentes ratificaron al diario esta relación. La barra generó una gran base de apoyo en las filiales a través de entradas y ropa, y cuando Luis Mazulla dejó su cargo como presidente del departamento, Adrián y Alan impulsaron la llegada de Lavezzari, hasta entonces titular de la filial San Fernando. Y lo que provocó el domingo el ataque del grupo identificado con Alan fue la decisión inalterable de la CD de bancar al grupo de Adrián Rousseau, quien sigue sin ir a la cancha, y cortarle los víveres al de Alan, lo que sucede desde la gresca de los quinchos, en febrero. Según se afirma en Núñez, para el superclásico Adrián habría recibido 100 entradas de la dirigencia (fueron revendidas), mientras que el grupo de Schlenker se agenció de 200 extorsionando a la empresa que las comercializaba. De hecho, Alan y William dirigieron el operativo Borracho desde una zona cercana al Riachuelo y el encargado de repartirlas fue Cuca, quien junto a Kevin y Julito manejan el paraavalanchas. Ellos se encargaron de generar una caza de brujas contra dirigentes y supuestos partidarios de Adrián: le pegaron a un rugbier de Intermedia del SIC (sería del sector de Rousseau) y por teléfono le avisaron a Hernán Taboada que el clima no daba para que estuviera en la popular.
Alan también se hace cargo de la bandera contra Aguilar. «Nos responsabilizamos por la quita de banderas del público, que no fue impuesta a través de la fuerza. Nuestra intención fue exhibir sólo la bandera más representativa del sentir común del hincha riverplatense», dice el barra en una peculiar interpretación de la democracia y que, en caso de que alguien presente una denuncia penal, le puede costar caro, ya que los hinchas fueron coaccionados a sacarlas ante el riesgo de pasarla mal.
Y hablando de delitos, en el ingreso de la gente de River se produjo otro que fue el intento de pasar con entradas falsas que se vendían a 20 pesos a cuatro cuadras de la cancha. ¿Quién hizo el negocio? Un hombre fuerte de la filial de San Miguel, en una nueva muestra del desmanejo total que es hoy por hoy la tribuna de River Plate.
Comentarios recientes